El día: domingo 30 de octubre. El lugar: el templo del balonmano. El rival: Sedalo “B”. 19 45 era la hora señalada para que el sueño guadalupano siguiera en marcha.
Sin embargo, en un primer momento la atención no se centró en el campo de juego donde los 7 gladiadores vestidos de azul enfrentarían su batalla: el conocido barra Ñati “Pillín” Nigro abandonó su clásico lugar en el paraavalanchas para acompañar a los famosos Benito Planilleta y Milio Ciancaglini en la mesa de control, conformando así un trío de temer ( hay rumores que dicen que Pillín tuvo que sumarle un par de goles de mas a su primogénito ante la cantidad de papas que le detuvo el arquero rival). En la tribuna, mientras tanto, los incondicionales de siempre ( Papaloco corneteando a la cabeza y Vili controlando todo ) se hicieron oír, mientras que Bebote Riat aprovechaba la ausencia de su contrincante y tomaba todo el control de las tribunas. No arrancó fácil la partida para los de Palermo. A pesar de la distancia en la tabla de posiciones, el equipo de Lanús Oeste empezó con una leve ventaja que en algún pasaje llegó a ser de 5. El puntero no encontraba los espacios, y cuando los encontraba, chocaba con el arquero rival. Faltando 10 minutos para la conclusión del primer tiempo las cosas se empezaron a poner en orden: con un par de atajadas del cordobés, algunos bombazos de Marinero y varios penaltys del menor de los Benítez, Guadaló dio vuelta el match y se fue al descanso con 3 goles de ventaja.
No se sabe si habrán sido algunas palabras motivadoras de Edu o el guacho del billete que dijo” dale a estos alemanes los hacemos alto ggguiso” , pero lo cierto es que la segunda etapa fue otra historia. En pocos minutos los locales transformaron la defensa en un muro azul y ajustaron las tuercas en ataque, obteniendo una diferencia de goles irremontable para el team visitante, que, hundido en la desesperación, no se dedicó a otra cosa que a pegar, generando varias exclusiones. No fueron las grandes corridas del correcaminos esta vez, ni los globos de Vaselina Murphy los que deleitaron al público guadalupano en esta ocasión: las constantes corridas de Sebastián “Palito Husaín Bolt” Massareli levantaron a la gente, así como también un exquisito globo del refuerzo Riat a pocos minutos del final.
29 a 17 sería entonces el resultado final de este encuentro que catapulta al equipo auriazul en la primera división para el año que viene. El primer objetivo está cumplido, pero a no relajarse muchachos, los he-mans de Escobar son la próxima parada en el camino hacia el campeonato (se comenta que el dt estaría pensando en la vuelta del Panchiturro Figueroa a las canchas para aprovechar su lanzamiento externo teniendo en cuenta la altura del rival). Tres duros escalones separan a este grupo de la gloria, de la ansiada vuelta olímpica. No será fácil, pero la ilusión está intacta, y el sueño de que dentro de unos pocos domingos se escuche el grito dale campeón por las calles de Palermo sigue en marcha y a paso firme.
Por Pancho (el turro)
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